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Actualidad

Claves para prevenir el ictus

El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid(CPFCM) dedica su videoconsejo de diciembre al ictus, una patología que afecta cada año a 120.000 españoles. La buena noticia es que el ictus se puede prevenir en hasta el 90 % de los casos, apostando por un estilo de vida más saludable y reduciendo los factores de riesgo.

En los países desarrollados, la incidencia de ictus se ha incrementado en los últimos años en hasta un 25 % en tramos de edad que van desde los 20 a los 64 años. El ictus no entiende de edades y se dan casos en todas las franjas: desde niños hasta adultos, a pesar de que la incidencia se da, mayoritariamente, a partir de los 65 años.

Según datos del Ministerio de Sanidad, cada año mueren unas 25.000 personas a causa de un ictus, siendo la segunda causa de muerte más común en España (y la primera en mujeres). Además, según la Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE), el 44 % de los pacientes de ictus desarrollarán una discapacidad grave.

El problema de fondo es que se espera que la incidencia siga creciendo en el futuro. Se calcula que una de cada seis personas sufrirá un ictus en algún momento de su vida. De ahí la importancia de incidir en su prevención.

Cómo prevenir un ictus

Prevenir un ictus requiere incidir sobre el estilo de vida y una correcta vigilancia de factores de riesgo asociados a los accidentes cerebrovasculares. En concreto, los expertos recomiendan:

  • Controlar la obesidad y el sobrepeso a través de una alimentación sana y equilibrada.
  • Eliminar el sedentarismo, introduciendo actividad física adaptada a las condiciones de cada persona a lo largo de toda su vida.
  • Eliminar por completo el consumo de tabaco.
  • Descansar y dormir adecuadamente, respetando las ocho horas de sueño al día recomendadas.
  • Realizarse periódicamente revisiones médicas enfocadas a diagnosticar y tratar la hipertensión arterial y la diabetes, haciendo, en caso de diagnóstico positivo, los cambios necesarios en el estilo de vida para controlar estas patologías, así como introduciendo el tratamiento farmacológico pautado por el profesional sanitario.

Observar estos cinco puntos reduce drásticamente la probabilidad de sufrir un ictus a cualquier edad, dado que son los principales factores de riesgo de ámbito común que, además, son modificables.

Cómo reconocer los síntomas

Aunque la prevención es clave, los expertos citan hasta cuatro síntomas de ictus que pueden ayudar a desenmascarar esta enfermedad cuando se está produciendo. Resulta clave conocer los síntomas del ictus, dado que la velocidad a la que se reciba atención médica contribuirá a reducir las secuelas que pueda sufrir el paciente.

En definitiva, en caso de ictus, la rapidez en avisar a Emergencias llamando al 112 para tratar al paciente determinará, en parte, el alcance de las lesiones. Se calcula que, por cada 15 minutos que se gana en la atención al paciente, el riesgo de secuelas y mortalidad desciende en hasta un 4% en ambos casos.

Los síntomas de ictus más comunes son:

  • Sufrir un dolor de cabeza de inicio brusco, muy intenso y poco habitual respecto a episodios pasados.
  • Sentir pérdida de fuerza o sensibilidad en extremidades o en una mitad del cuerpo, además de parálisis o dificultad para moverse o andar.
  • Pérdida total o parcial de la visión, en uno o ambos ojos, así como visión borrosa sin otra causa que lo explique.
  • Dificultad para hablar o articular palabras, o bien para comprender a otras personas que te hablan.

Aunque sufrir cualquiera de estos síntomas por separado no siempre estará relacionado con un ictus, la coincidencia de varios de ellos puede indicar una urgencia médica que debe ser comunicada de forma inmediata a los servicios de Emergencias, que activarán el llamado Código Ictus para agilizar la asistencia al paciente y reducir la probabilidad de secuelas o fallecimiento. Se trata de un protocolo multidisciplinar pensado para reducir la posibilidad de sufrir secuelas derivadas de un ictus gracias a una atención que comienza en el momento del aviso a Emergencias.

Fisioterapia para recuperarse de un ictus

A pesar de la prevención del ictus y de su manejo a tiempo, muchas personas sufrirán secuelas que, en ocasiones, pueden ser irreversibles. Sin embargo, un correcto tratamiento de fisioterapia personalizado y dirigido por profesionales expertos en accidentes cerebrovasculares y discapacidad sobrevenida puede contribuir a mejorar la movilidad del paciente y a recuperar, en la medida de lo posible, autonomía y calidad de vida, mejorando la movilidad, fuerza, coordinación y equilibrio.

“Un tratamiento neurorrehabilitador resulta clave para la recuperación de los pacientes con ictus, especialmente cuando combina ejercicio terapéutico con apoyo farmacológico”, explica Patricia Moreno, vicesecretaria general del CPFCM. “La combinación de fisioterapia y fármacos, unidos a un mantenimiento de un estilo de vida saludable, contribuye a prevenir la repetición de un ictus, por lo que debe formar parte del enfoque terapéutico en todos los casos en que así esté indicado”, apunta Patricia Moreno.

Los tratamientos de fisioterapia para pacientes con ictus buscarán, por un lado, minimizar el deterioro motor y funcional, haciendo énfasis en la recuperación de la fuerza, la resistencia muscular y la movilidad, con el foco puesto en el equilibrio. Después, el objetivo del tratamiento será mejorar las habilidades motoras para incrementar el grado de autonomía del paciente, en paralelo al trabajo que se realizará junto a familiares y cuidadores para que sepan cómo ayudar y atender mejor al paciente.

Este videoconsejo se publica en el canal de YouTube del CPFCMdonde podrás ver los vídeos anteriores.