El certificado de discapacidad es el documento oficial que acredita la condición legal de persona con discapacidad, a la que se le concede un grado concreto expresado en porcentaje. Para su reconocimiento, el porcentaje deberá ser igual o mayor al 33%.
Se trata de un mecanismo de protección pública que otorga derechos a las personas con discapacidad, lo que permite su acceso a beneficios sociales y/o ventajas fiscales. De esta manera, contribuye a la integración de las personas con discapacidad en la sociedad y favorecer su inclusión sociolaboral.
El certificado se emite en la comunidad autónoma en la que reside la persona con discapacidad. No obstante, la acreditación del grado de discapacidad tendrá validez en todo el territorio español.
El procedimiento lo inicia la persona interesada o su representante legal, mediante la presentación de la solicitud ante el órgano administrativo correspondiente en su comunidad autónoma de residencia.
Existe un baremo estatal que evalúa el grado de discapacidad, que incluye la valoración médica, social y psicológica de las limitaciones de la persona en distintos entornos: familiar, laboral, educativo y cultural
Tras la evaluación, los responsables de los órganos de valoración competentes dictan la resolución del reconocimiento de discapacidad y su grado.
Para obtener el certificado de discapacidad es necesario estar en alguno de los cinco grupos principales de discapacidad: física, mental, intelectual, sensorial y pluridiscapacidad.
Suele haber un desconocimiento generalizado sobre la existencia de enfermedades, lesiones y dolencias que también se pueden certificar como discapacidad. Por ejemplo: asma, diabetes, afecciones reumáticas, trastornos del habla, cáncer, determinadas cardiopatías. De ahí la importancia de consultar con el organismo o profesional competente.
Las personas con el grado de discapacidad ya reconocido pueden solicitar la revisión del mismo cuando su estado de salud se vea agravado.
Las personas con reconocimiento de grado de discapacidad tienen importantes beneficios, entre los que destaca:
Una vez obtenido el certificado de discapacidad en papel, se puede solicitar la tarjeta de discapacidad. Su formato resulta más cómoda y práctico, ya que permite llevar la tarjeta siempre para realizar cualquier trámite administrativo y para acreditar que tiene una discapacidad reconocida.